sábado, 31 de octubre de 2009

.hilachas

Como una tela, viste? cuando tirás de un hilito y casi sin darte cuenta se va desarmando, deshilachando. Cuando querés acordar tenés un puñado de hilos tristes en el piso, nada del tejido que te abrigaba la sonrisa de estos días.

viernes, 30 de octubre de 2009

.tormenta

Demasiado ruido que empuja las paredes, como toda la lluvia queriendo entrar y arrastrar lo que encuentre a su paso.
Truenos que gritan el sueño, las ganas de quedarse un ratito más entre las mantas, la pesadez suicida del viernes, las migas de una noche de calor. Te bajaste del caballo de cielo negro y estrellas de luto, con la cerveza del después, mientras el viento espeso se pasea con ganas de acariciar rodillas. La noche, tan solemne y pervertida, escudriñándonos la culpa, toda esas siestas que prohibimos en las manos.
Te bajaste del caballo, vos, día que no vuelve, te bajaste y dejaste la montura herida, el virus de algún adiós con culpa, las precipitaciones absurdas de otros meses.
Ahora quiero la lluvia. No. La odio. La odio pero la quiero en casa, afuera. La odio, pero tengo una excusa para quedrme, disfrutar de la nada, emborracharme de historias felices, hasta que afuera sólo parezca que ha pasado un viento húmedo.
La tarde me mira por la ventana, se va escapando el día y se va escapando con él la lluvia. El sol se despide del hormigón ya seco del patio, de las pocas cosas que me dejó entibiarle sin el sueño.
Te bajaste nuevamente del caballo hoy, apeándote sin ruido para que no te notara. ¿Qué me das, día sin miedo? ¿Qué madrugada vas a meter hoy bajo mi almohada de dedos fríos?

viernes, 23 de octubre de 2009

.roce

Piel contra piel, las sobras de tantos otros cuerpos que tocan la mañana en las cuerdas de todas las gargantas.
Piel contra piel, las llagas de otras fiebres, la luz tenue de esas piernas que necesitan sol, la pequeñez de un ombligo con sed y con nostalgia.
Piel contra piel, el calor prometiendo cosas que jamás cumplirá, el pasto que hace las cosquillas premeditadas del mediodía, los relámpagos que empujan la tarde a un cauce inmenso.
Y las lenguas que entibian silencios y las manos que se sfuerzan por construir con aire y las coincidencias de las tres de la tarde con olor a té de canela.
Piel contra piel. La noche se desarma en esta lluvia que extraña la otra mitad del día.

miércoles, 21 de octubre de 2009

.evasiones

Sigilosamente se escapa todo... como agua que una intenta retener con las manos, escapa... todo escapa.
Las cosas toman caminos que me están vedados, la tarde toma formas que mis ojos no pueden ver, las voces en ultrasonidos que no logro escuchar, la vida entra sigilosamente por la puerta de atrás y sonríe a alguien. Levanto la cabeza esperanzada mientras pasa por mi lado y se sienta en la mesa de atrás.
Pido otro café. La tarde es larga.
La noche más.

miércoles, 14 de octubre de 2009

.algo se rompió

y antes de llorar encontraste algo
parecido al amor
y por no sufrir, esperaste a alguien
que no estaba por venir
ante las miradas provocaste algo
que no estaba por suceder
algo se rompió
así están los que quieren
así se van los que mueren
antes de llegar hiciste un pacto
con los que estaban por partir
aquella mirada decía algo
así se van los que mueren
así están los que quieren
algo se rompió
algo se rompió

Francisco Bochaton.



Sí, de nuevo algo se rompió sin explicación, sin empezar, por esperar algo que no estaba por venir.
La lluvia sólo hace que la canción perfore aún más esta soledad asesina. La lluvia recuerda en sus repiqueteos poco cuerdos eso que se rompe, eso que está así porque sí, porque una voluntad ajena a mí parece odiarme.
Algo sigue rompiéndose cada tarde.

lunes, 5 de octubre de 2009

.truenos

Los truenos rompen la paz de un abrazo. La madrugada viene con ese olor indescriptible del comienzo, con sus manos acariciando lo que ya fue una espera.
La lluvia canta una canción para mantenerme en vela.
Sigo pegada a las gotas que escriben un nombre.