lunes, 31 de agosto de 2009

.despertar

La mañana se atrasa entre un cansancio como de 500 kilos.
Las gotas pesan más o menos eso, también, y caen convencidas de que me gusta su música.
Escucho, aún con los ojos cerrados, y el estado de no-sueño es un tobogán altísimo que termina en un día que hay que abrir como regalo de cumpleaños. Para comenzar cosas. Para terminar otras. Para iniciar la hibernación sutil de oruga inútil.
La lluvia me dio una tregua de cuatro días para terminar de disfrutar lo que debería haber disfrutado antes. Una tregua de domingo en que me llené la panza de cosas ricas, cariño a más no poder y risas.

La mañana se atrasa mientras decido qué es parte de mi despertar y qué puedo dejar en el universo de sueños. Pienso, quizás por única vez, que fui buscada, que algunas personas alguna vez me entraron a su vida. Sonrío.
La lluvia acusa recibo y finalmente me hunde en la certeza de iniciar con agua y gris la semana. Y todo se hace más triste, pero más normal.

miércoles, 19 de agosto de 2009

.blur

pasaba y todo y siempre
en mi ventana
el mismo borrón gris.
dicen que esta ciudad es gris.
todos.
yo te pregunté aquella vez
y la pregunta quedó para siempre.
¿de qué color
es
Montevideo?

pasa y todo y siempre
el borroso bulevar de la ventana
los semáforos más grandes y difusos.
reí por esa noche
temprana
con canciones que
duelen y curan
con extraños, clonazepam y abrazos
forzosos.
reímos hasta que
me fui
otra vez
a contemplar el color-borrón
por la ventana.