"Es tan corta la vida
y son tantas despedidas
llenas de promesas vanas..."
Apura los últimos pasos con el equipaje camuflado en el corazón, con la sal de un llanto de ola desparramada cual caspa sobre sus hombros, imitando las agujas del reloj, caminando los círculos imposibles de la calle recta.
Intentos de maniobras, intentos de maniobras clandestinas, intentos de maniobras clandestinas que erizan la piel de un lado y prenden la hornalla del corazón y el sexo del otro. Y calla en su círculo de reloj perdido, en su fuga hermitaña hacia la duda.
La duda le encamina las preguntas, las preguntas encienden los silencios, las sonrisas a medias, las burbujas que la noche hace bailar con el viento.
Y apura los pasos y sueña con estar adentro de esas burbujas, en el cristal efímero que la aisla de la espera, de las despedidas, del ahora o nunca.
Ahora o nunca, se dice, ahora o nunca, la vida consiste en eso. O quizás podría consistir en eso una vida jugada e interesante, cada decisión como de vida o muerte. Ahora o nunca, mientras la duda y los ojos invisibles apartan la tormenta, las diez o veinte gotitas que caen en el patio, los apagones, las corridas para juntar la ropa.
Apura los pasos presintiendo una declaración dudosa, que no sabe si producto del corazón o la necesidad. Ahora o nunca, se dice, apretando el bolso contra el pecho e internándose en un turqueza y retorcido "quizás".