viernes, 23 de octubre de 2009

.roce

Piel contra piel, las sobras de tantos otros cuerpos que tocan la mañana en las cuerdas de todas las gargantas.
Piel contra piel, las llagas de otras fiebres, la luz tenue de esas piernas que necesitan sol, la pequeñez de un ombligo con sed y con nostalgia.
Piel contra piel, el calor prometiendo cosas que jamás cumplirá, el pasto que hace las cosquillas premeditadas del mediodía, los relámpagos que empujan la tarde a un cauce inmenso.
Y las lenguas que entibian silencios y las manos que se sfuerzan por construir con aire y las coincidencias de las tres de la tarde con olor a té de canela.
Piel contra piel. La noche se desarma en esta lluvia que extraña la otra mitad del día.

No hay comentarios: