jueves, 24 de diciembre de 2009

.todo menos yo

La lluvia es una cosa que sin duda ocurre en el pasado, dijo Borges, cité acá alguna vez.
El día es otra cosa, pero llueve, dije yo hace tiempo.
Exactas dos citas para este día.
El viento todo lo conduce hacia la nostalgia, la tristeza. Y mi indiferencia alegre, mi flotar, leer, pasar el día como uno más. Se disuelven las ganas de perdurar o de estar acá o de seguir en el tren del 2009.
La lluvia sucede en el pasado, el día se deja atrás en mi mente, las gotas caen previniéndome de futuros males. Pero no hago caso.
Y resulta que me da risa que me extrañen, me da risa que me quieran, me burlo de casi todo, menos de una voz que atiende mi ansiedad y mis urgencias.
Me urge el té, las ganas de los viernes, la timidez recíproca de las cosas nuevas. La lluvia es pasado en este presente cruel de celebración y exceso de comida. La lluvia es espejismo de llanto que quiero apartar ya para siempre, de la mano de tanta, tanta espuma.
La lluvia es esto que no somos. Y somos tanto, vos y yo.

1 comentario:

Paula Einöder dijo...

Me encantó tu reflexión. Esa mezcla entre la confesión y las ganas de contar algo me gusta mucho.
A pesar de los pesares, te deseo una feliz Navidad! Beso.