En una lluvia sin temporal, una lluvia que moja y remoja la ropa que olvidó destender, ofrece sus cinco sentidos por un poquito de sol.
La canción de entonces era azul, la lluvia cambió de color. Entre las flechas del tiempo que surcan un cielo de bienvenidas está esa otra voz envuelta entre canciones nuevas, de nuevos colores.
"Cada cual a merced de su corriente..."
Y la corriente de la orillita al costado del cordón se lleva barcos de papel cargados de palabras que nunca he podido escribir y, mucho menos, pronunciar...
1 comentario:
Brindo, por la ropa que olvidamos destender.
Salud, que la vida es hermosa, y más si llueve.
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