martes, 25 de octubre de 2011

•paraná

Es la primera vez que me siento visitante en este lugar, y la lluvia me lo hace notar regalándome días sin que pare de llover.
Las caras de las personas resultan conocidas pero amargas (como té sin azúcar, diría mi sobrina).
Todo en esta ciudad me recuerda por qué no debo volver todavía, y aún así me invita a reconciliarme cada cuatro o cinco meses.
Las voces nunca cesan y no dejan de atormentarme en este lugar, y me ayuda a comprender la hermosa lejanía, el autismo buscado.


Cuando vuelva voy a comer en Guerrín, voy a caminar por Callao y Corrientes, me meteré en librerias y bares de viejo y me asustaré tiernamente con sus dueños. Lo prometo



*(Y el soundtrack será largo, e incluirá este tema http://www.youtube.com/watch?v=dqRord2DWu8)

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