Escribo con los brazos y la cabeza aún mojados por el chaparrón. A veces, en verano, me da mucha gracia correr afuera para rescatar cosas y ponerlas a salvo de la lluvia.
Alguien grita: ¡empezó a llover! como si no lo hubiésemos estado previendo toda la tarde. Corremos todas, entre risas, grititos por lo frío del agua y leves lamentos por otras cosas que han quedado para terminar de mojarse ya con la amarillenta agua que cae de un cielo marrón.
Y vuelvo adentro, secando mis lentes que me impiden ver, sonriendo aún al recordar más momentos similares, y me atacan recuerdos inesperados de otros veranos.
Y leo un nombre, pienso en un fin de semana playero y un par de charlas con un clima parecido, mientras el fútbol nos priva de estar todos juntos y somos nomás un par los que preferimos la tranquilidad de las olas y el sosiego de la tardecita lila.
Caminamos con los pies húmedos por una arena casi virgen, hablamos poco y decimos mucho. Respiramos el herrumbre del aire que ha amenazado todo el día con lanzar pingüinos de punta y al fin regresamos, para escuchar los entusiasmados gritos de gol de algún partido más, que poco me cambia la vida.
Luego vino una noche simple y divertida, juegos, cocina, sangría, baile, la opresión en el pecho por miedo a las autoconfesiones.
Y no sé por qué un nombre, un chaparrón insignificante me remontan a una anécdota tan prescindible. Pero la memoria es misteriosa y siempre necesita excusas.
O quizás sea yo la que esté necesitando excusas para llenar un espacio vacío.
4 comentarios:
la memoria es caprichosa y a veces habla de lugares escondidos durante tanto tiempo, que apenas marcaron nada, pero que fueron, que estuvieron ahí.
pude sentir todo y se aún no he conseguido desliar el nudo en mi garganta. tantas emociones compartidas, tantos sentimientos, la playa que hecho de menos, los pies mojados por una ola que viene y que después se va, la vida que huele a sal.
tus palabras hilan sentimientos tan bien que a veces duelen un poco al leerlas. pero me encantan.
un beso.
En una semana tenés una excusa asegurada.
Te adoro, con viento, lluvia o sol radiante.
(8) Hay días sospechosamente light(8)
hoy lamemoria es un río traicionero y sin orilas donde uno no debiera pescar.
mis disculpas por mis ausencias; acá en connot y en el cassette. ya estoy volviendo..
Otra vez leo la sangría...
Lindo texto, me gustó. Realmente.
Saludos a los tres.
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