viernes, 28 de mayo de 2010

.gigante

El día se atropella entre las cejas de una tarde quieta. Los planes, las corridas, los regalos futuros, las piezas de un rompecabezas que va a armarse en breve.
La ciudad se atraviesa de calor y sueños. Y gotas de palabras nunca dichas hacia el final de la noche.
Una tormenta tiene miedo de mí.

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