lunes, 9 de junio de 2008

• Metralla de antiguos bombardeos

Anoche amenazaba, con golpes en las ventanas, el viento. Juro que nunca tuve tanta emoción ante la posibilidad de una tormenta.
Mientras "dormía" pensaba en como iniciar esta entrada, como desarrollarla, que quería contar.
Esta mañana me levanté rápido, a pesar de las pocas horas de sueño, la alegría era impresionante, parecía una nena con juguete nuevo.
Bueno, la cosa es que no se me ocurría nada, hasta que escuchando a Ismael en el viaje de ida (y vuelta) de la facultad, se me apareció el, con la lluvia y la terminal, la alegría se esfumó y lo único que conseguí fueron estas lineas:




Yo quiero saber hasta que punto,
hasta que punto
vas a seguir invadiendo mi historia.
Yo me pregunto cuanto tiempo
cuanto tiempo más
vas a ocupar mis rincones.
Yo quisiera que me aclares
porque un día gris y una parada de colectivos
te sigue trayendo a mi.
Yo desearía tanto,
tanto y después de tanto
que de una vez por todas
y de ser posible para siempre
salgas de mis momentos
y esta bendita mañana gris
traiga por fin otros recuerdos.




La frase de Ismael era contundente... No logro disociarte de la terminal de ómnibus y una mañana lluviosa.
Qué le vamos a hacer.

2 comentarios:

Eclipse dijo...

por acá llueve también!!! pero mi entrada quedará para la noche.
qué emoción empezar ya a compartir esto...
cuál es la frase de ismael?

Anónimo dijo...

Hola Jor, amiga!
¡Por fin llovió y pudiste postear! ¡¡¡Con qué ansias esperabas la oportunidad!!!

Como siempre... Ismael ocupando tus rincones.

Me gustó lo que escribiste, precipitaste todo tu talento :p

Mucho éxito con este blog, tiene toda la onda.
¡Que no decante!

¡¡¡Arriba esa lluvia!!!

Un abrazote

Te quiero!