lunes, 9 de febrero de 2009

ºnieve


la mayor de las blancuras vino a mis ojos como si yo también viviera dentro del manicomio de ensayo sobre la ceguera. los niños corrían por el parque y yo apenas podía verlos, las luces temblaban al otro lado de mi ventana, todo era impoluto, casi insano... todo resultaba inquietante.

el mundo había desaparecido, el mundo se había convertido en algo distinto, una gigantesca bola de nieve. un hermoso lugar donde los coches debían parar, las luces de los semáforos perdían su acostumbrada necesidad, las palabras fluían y volaban desde los kioskos llenos de gente y periódicos. la isla de las soledades empezaba a hilar sutilmente historias entre almas que antes no habían reparado en ellas.

mis ojos engañaban a mi sentido. las historias cambiaban de sitio. nos mudábamos a otro lugar y yo no me daba cuenta. los niños gritaban. y esa luz... esa luz tan blanca cegaba mi mente, mi ser. me mareaba al mirar por la ventana. vacilaba si quería salir de la habitación. tanta luz... tanto cambio... ninguna oportunidad para seguir en el mismo sitio, de la misma manera... las paredes blancas, también, se cernían sobre mí. sobre esta ciudad.

la gente reía fuera, todos eran felices y yo aquí, perdido, aislado... unido a esta fría moqueta, tan blanca como el mismo cielo. todos sonreían, a sabiendas que algo había cambiado y yo... en fin... ya sabes.

3 comentarios:

yo mismo dijo...

un poco más abajo alguien disfruta de un día de playa... mientras tanto, los planes de alerta se encienden en rojo en españa. la nieve hace presencia, las lluvias arrecian cerca de los puertos y el viento... en fin, el viento es un duro señor al que yo respeto mucho.

justo coincidía con mi lectura del clásico de saramago y bueno... creo que entre nosotros siempre hubo conexión. pasadlo bien y traed un poco de calor a este lado tan frío del mundo.

un beso.

TUITA dijo...

Me encanta saramago... yo he leído ensayo sobre la lucidez... replantea algo parecido.. qué pasaría si...
Un beso!!

Anónimo dijo...

La nieve y Saramago juntos...
No me parece una mala combinación.

Un beso para los dos.