
Porque es bueno seguir los impulsos y salir corriendo de casa luego de una llamada telefónica. Con la excusa de un atardecer que se demora, la poesía se vuelve magia entre las charlas compartidas. Los proyectos parecen poderse agarrar y masticar con gusto. Y las sonrisas curan el alma herida por la lluvia.
Y todo es tan Alejandra al regreso, por un rato...
2 comentarios:
Precioso.
Me apunto a eso de salir y quedar con amigos...Me encanta.
Alejandra calma la sed de poesía desgarradora.
Es imprescindible, es como el agua.
Hermosa manera de representar su poema, Eclipse...
Un beso!
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